Estudio PISA revela la preocupación de los adolescentes argentinos Seis de cada diez estudiantes de 15 años en Argentina (63%) expresan temor de no contar con los recursos económicos necesarios para cumplir sus metas una vez finalizada la educación secundaria, según un informe elaborado por Argentinos por la Educación y Flacso Argentina. Este dato refleja un desafío profundo para la planificación educativa y social del país. El documento titulado “¿Qué piensan los estudiantes de 15 años sobre su futuro y la escuela?“ destaca que esta preocupación se intensifica entre los sectores más desfavorecidos, donde alcanza al 67%, en contraste con el 55% en los jóvenes de mayores recursos. El promedio en los países de la OCDE es del 52%, mientras que en América Latina asciende al 66%. Presión familiar: un factor determinante A la incertidumbre económica se suma la presión familiar, que orienta a casi la mitad de los adolescentes argentinos (47%) hacia caminos específicos tras la secundaria, ya sea la universidad, el trabajo o un oficio. Este porcentaje es uno de los más altos de la región y supera ampliamente el promedio latinoamericano (41%) y de la OCDE (35%). La desigualdad también se refleja en este indicador: en el quintil socioeconómico más bajo, el 55% percibe presión familiar, frente al 38% de los adolescentes de mayor nivel económico. “La presión familiar podría estar vinculada con la necesidad de estudiar algo que facilite una rápida inserción laboral o, directamente, con la obligación de trabajar al finalizar la escuela”, señaló María Sol Alzú, coautora del informe. El rol de la escuela en tiempos de incertidumbre Aun con estas tensiones, los jóvenes confían en la escuela como herramienta para su futuro. Tres de cada cuatro estudiantes argentinos (76%) consideran que lo aprendido en el colegio les será útil para el trabajo, mientras que el 64% afirma que la educación secundaria les ayudó a ganar confianza para tomar decisiones importantes. Estos números muestran que, pese al temor, la educación sigue siendo un espacio clave para el desarrollo personal y profesional. “El informe revela que los adolescentes atraviesan fuertes tensiones al proyectar su futuro: se sienten poco informados sobre opciones educativas y laborales y enfrentan presiones familiares y limitaciones económicas”, explicó Gustavo Gándara, director de la Fundación Uocra para la Educación de los Trabajadores Constructores. Una oportunidad de acción Expertos coinciden en que estos hallazgos subrayan la importancia de que empresas, Estado y familias se involucren activamente en la transición educativa y laboral de los jóvenes. La escuela, además de formar, debe acompañar y fortalecer habilidades para enfrentar un mundo en transformación. “Es central educar para un futuro incierto, desarrollando competencias que preparen a los jóvenes para integrarse en un mundo en cambio constante”, agregó Sandra Ziegler, investigadora en educación de Flacso Argentina. Opinión pública: La percepción de los estudiantes evidencia que el desafío no es solo educativo sino también social: garantizar recursos y acompañamiento familiar puede ser clave para que los adolescentes visualicen y construyan un futuro con más oportunidades. TAPA DEL DÍA